Cuánta importancia se le da a veces a esta palabra, y no seré yo quien le reste el más mínimo mérito.  La base de las relaciones se cimienta en esto, en la amistad.

Muchos filósofos y escritores famosos a lo largo de la historia han escrito sobre ella, por un lado estaban los que pensaban que » la verdadera  amistad es como la fosforescencia resplandece aún más cuando todo se ha oscurecido» o » al amigo seguro se le conoce en la ocasión insegura» pero yo soy más de los que piensan «Un amigo es uno que lo sabe todo de ti y a pesar de ello te quiere» o  «Amigos son aquellos extraños seres que nos preguntan como estamos y se esperan a oír la contestación.» La diferencia entre unos y otros pensamientos a mi parecer es lo que se espera de la persona. No comparto la idea de  que los verdaderos amigos sólo aparecen en las situaciones difíciles, también los verdaderos amigos estuvieron disfrutando contigo de esos momentos de felicidad y de esa primera vez que te ocurrió algo y decidiste contarlo o incluso compartirlo.

Un verdadero amigo es aquel que aún queriendo y deseando estar en otra parte está contigo.  Lo importante es valorar lo que se tiene y la calidad de lo que se tiene, no cuando se tiene. Un egoísmo ciego nos hace creer que el no tener a esa persona cuando la necesitábamos deja ya de pertenecer a nuestro círculo de amistad, ¿por  qué se reprocha el olvido y no se alaban las alegrías compartidas?. A menudo nos sentimos incomprendidos, pasamos el  resto de nuestra vida tratando de encontrar a la persona que entienda nuestros problemas, que comparta nuestros sentimientos y cuando creemos haberla encontrado de nuevo surgen las dudas, los miedos.  La vida transcurre por senderos repletos de pruebas y de contratiempos que hace que uno continuamente tenga que esforzarse una y otra vez para tratar de superarse y vencer todo aquello que se cruza por medio, por ese camino también de la mano van los amigos.

La importancia de la amistad es tenerla, haberla tenido y tener la esperanza y el deseo de encontrarla de nuevo.  

Aquí está mi mano, si lo olvidaste una vez aquí te la ofrezco de nuevo.