Alguna vez que otra me han dicho, pero ¿qué es lo que llevas en ese bolso que pesa tanto? Y yo he contestado, pero si tampoco llevo gran cosa, lo que pasa que lo poco que hay abulta mucho. Pues lo mismo que le pasa a mi bolso que por más cosas que saco siempre parece que está lleno, pues también le pasa a mi mochila.

Pero esta mochila es distinta, nunca está vacía, y aunque hago lo posible por intentar que no pese demasiado no siempre lo consigo.

El caso es que con lo incómodo que es llevarla encima todo el mundo lleva  una, desde los más pequeños a los más mayores.

Alguien debería de habernos enseñado desde pequeñitos  la importancia de meter sólo lo estrictamente necesario dentro y no llenarla de cosas banales, que lo único que harán es que ocuparán sitio y no nos dejarán hueco para las cosas verdaderamente importantes.

He querido vaciar mi mochila cientos de veces, pero siempre me aferraba a que había cosas que tenían que estar ahí y que probablemente en algún momento las necesitaría, pero cuando me he querido desprender de ellas era imposible, y aún sabiendo que con ellas mi carga iba a ser mayor, no sólo no las quitaba sino que aún la llenaba más.

Al fin y al cabo cada uno decide lo que mete en ella y cuánto tiempo de su vida quiere aguantar llevando ese peso, o ¿ acaso no somos dueños de la carga que queremos llevar encima?