Tal día como hoy 1 de marzo, naciste tú mama, la mujer más importante de mi vida. Hoy es un día muy especial para mí, porque estás aquí y porque es tu cumpleaños y a nosotras siempre nos ha gustado celebrar estos días. Quiero decirte que te quiero, que soy feliz por tenerte y por haberme enseñado a ser lo que soy. Sé que cuando era más joven era una niña un poco rebelde, la abuela Tere me decía que era un poco contestona, y tenía razón, porque desde muy pequeña siempre me he rebelado contra las injusticias, y bueno, en eso creo que nos parecemos un poco,  eso y que a veces contestaba sin razón. Cuánto se nos parece este pequeño.

Quiero que sepas que en todos estos años he aprendido mucho de ti, y aunque no siempre te lo diga, estoy muy orgullosa de todo lo que has sido capaz de hacer y conseguir. De tus ganas de aprender, de soñar y cumplir los sueños, algunos sueños, de no conformarte con cualquier cosa, de exigirte siempre más, de luchar, de no rendirte y de querer seguir siempre hacia delante a pesar de todo y de muchos.

     Soy muy afortunada por tenerte y por seguir aprendiendo de ti, por toda esa fuerza que sin darte cuenta me transmites. Nunca oí de ti una queja ni un me rindo. Has sido y eres para mí la mejor confidente y amiga, porque siempre estás ahí, dispuesta a escucharme, no importa el momento. Quiero que sepas que yo también estoy y estaré aquí para escucharte y para decirte qué puedes contar conmigo.

Quiero darte las gracias por ser como eres, cariñosa, inquieta, apasionada, luchadora, sensible, por haberme hecho creer que podía conseguirlo, cuando ni yo misma creía. Por darme fuerzas, cordura y sensatez cuando lo he necesitado, y por hacerme ver las cosas cuando no quería ni verlas. Gracias por ser mi amiga, madre, la abuela y mano derecha que necesitaba y necesito cuando cuidas del pequeño. Gracias por tus consejos y por aguantar mis cambios de opinión, de humor, mis contradicciones y a veces mi rebeldía. 

     Quiero decirte a ti y a papa que soy cincuenta por ciento de cada uno de vosotros, que de ti y de él he aprendido y sigo aprendiendo cada día. Que fuisteis duros cuando tuvisteis que serlo y me disteis la libertad y las alas a su tiempo. Que sólo espero y deseo que sigáis conmigo muchos años y aprender de vosotros a ser una buena persona y una mejor madre, para que el día de mañana mi hijo pueda llegar a sentir el respeto, cariño y amor que yo siento por vosotros. Y también quiero decirte que estés tranquila, que aunque a veces me caigo luego me levanto con fuerza, que siempre estarás conmigo, porque siempre pienso en ti, porque siempre lo haré, porque ese cordón umbilical que nos unió nunca se podrá romper y porque aunque sé que el día que no estés lloraré y me sentiré perdida, prometo levantarme, seguir luchando por ti y por todo lo que me enseñaste. Sé que esas personas que comparten mi amor por ti te esperarán y por fin podrás tener esas largas conversaciones que el destino te arrebató cuando tanto las necesitabas. No te preocupes, me volveré a levantar.

           «Cada presente recordaré nuestro pasado para que cuando el futuro se muestre nunca pueda olvidar lo vivido»

                 Os quiero mucho, muchas felicidades mama, y mi deseo es que siempre ames la vida como siempre lo has hecho.